En general, no solemos prestar atención a lo que sucede tanto en nuestro interior como en lo que nos rodea. Estamos inmersos en un mundo de rutinas: de casa al trabajo, los horarios en función del trabajo, los estudios, dedicar nuestro ocio casi siempre a las mismas actividades, etc. Todo ello sin plantearnos, sin pararnos a tomar conciencia de lo que necesitamos realmente.

Como no ponemos atención, no nos damos cuenta de nuestro presente, de cómo hacemos, cómo nos sentimos y qué pensamos, aparecen los síntomas: la ansiedad, la frustración, el cansancio, la depresión, las obsesiones, los miedos, los conflictos internos y externos… y un largo etcétera.

El planteamiento, como vemos, es sencillo. El trabajo personal se basa en ir tomando conciencia de esos procesos que llevamos a cabo para lograr lo que necesitamos o para evitar encontrarlo. Todas las actividades que facilito tienen como objetivo esta toma de conciencia, este despertar, a través de trabajar el cuerpo, el movimiento, las emociones, los bloqueos, los pensamientos también. Se trata de despertarnos interiormente para poder realizarnos en lo externo.

De esta forma, no sólo podemos solucionar nuestros problemas «psicológicos» actuales, sino que también logramos tener una mayor calidad de vida.